El mandatario saliente de Colombia, Juan Manuel Santos, juzgó como "insólita" este lunes la acusación de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, que lo involucró en un supuesto complot para asesinarlo el sábado en Caracas mediante drones con explosivos.

En la víspera de dejar el poder en manos de su opositor Iván Duque, Santos sostuvo que de todas las "locuras" de señalamientos que le han hecho, la de Maduro es el más extraño.

"Ayer me encuentro que hay todavía otra (acusación) más insólita: que estoy con la inteligencia americana, con la derecha venezolana, armando complots para asesinar al presidente de Venezuela. ¡Por Dios!", exclamó Santos durante un foro en Bogotá.

El presidente, quien en pasados días había afirmado a la AFP que veía "cerca" la caída de Maduro por cuenta de la severa crisis económica en Venezuela, agregó que el sábado estaba en asuntos "más importantes" que los que le quiere endilgar el líder venezolano.

"Yo le digo al presidente de Venezuela: el sábado estaba en cosas mucho más importantes, estaba bautizando a mi nieta", explicó Santos en línea con una declaración difundida por el gobierno el sábado.

Ese día Maduro responsabilizó a la "ultraderecha", como se refiere a la oposición, y al presidente colombiano del confuso incidente que se produjo durante una parada militar.

"Santos está tras este atentado", sostuvo el jefe de Estado, sin ofrecer de momento evidencias sobre sus acusaciones.

Maduro aseguró que los "financistas" del plan están en Estados Unidos. "No hubo absolutamente ninguna participación del gobierno estadounidense", afirmó este domingo John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de Donald Trump.

Un supuesto grupo de militares y civiles rebeldes, identificado como Movimiento Nacional Soldados de Franelas y hasta ahora desconocido, se atribuyó el ataque.

Santos ha liderado la presión internacional sobre Maduro, con cuyo gobierno mantiene prácticamente congeladas todas las relaciones.

A pesar de su cerrada oposición al mandatario saliente, Duque promete seguir con la misma política y trabajar en "una estrategia articulada, multilateral, de manera diplomática para que Venezuela haga una transición hacia elecciones libres".

Entretanto, Colombia atiende la mayor ola migratoria de su historia desde Venezuela, países que comparten una convulsa frontera de 2.200 km.

En los últimos años, unos 820.000 los venezolanos han sido regularizados, según el gobierno colombiano.